Las mujeres en la lucha contra la dictadura somocista
Managua
Cuando salí de la cárcel inmediatamente pasé a trabajar clandestina en Managua. Por ese tiempo tuve que usar distintos disfraces, en especial pelucas porque había salido en los periódicos y muchos guardias me conocían de la cárcel. Conocí a Cecilia Toruño, quien en la parte final combatió en Matagalpa y participó en la liberación de Boaco. Me volví a encontrar en medio de una inmensa alegría a Mercedes Borgen. Mercedes, además de otras tareas, fue responsable del Taller de impresiones Urania Zelaya Ubeda. El Taller consistía en unos buenos mimeógrafos y un quemador de esténcils que nos permitía sacar folletos de propaganda y formación. En una habitación con aire acondicionado forrada con poroplast, trabajábamos toda la noche sin parar. Según nosotros en el vecindario no se daban cuenta. Primero lo tuvimos en los Robles donde le daba cobertura Janette Vega, y finalmente en Altamira. Cuando nos Replegamos a Masaya, Mercedes quedó en Managua y Walter Mendoza, quien era estudiante de periodismo, hizo los primeros números de una publicación que llamó BARRICADA. Walter nos llevó el primer número a Masaya. Era un folleto de media página tamaño carta y ya tenía un dibujito de una barricada de adoquines. Debe haber sido como el 3 de Julio. El periódico informaba a los Managua sobre el Repliegue y les decía que la lucha seguía. William Ramirez y yo se lo enseñamos a Carlos Nuñez quien se enamoró del nombre y luego se lo puso al periódico oficial del Frente.
Francis Araica , convivía con su novio, Ernesto. Le dijimos que debía casarse para montar una casa de seguridad. Nos instalamos en Santa Clara y varias personas nos regalaron muebles. Ana Maria Sanchez, una firme colaboradora y Jaime Ocón nos dieron su primer comedor de casados. Moisés Hassan una refrigeradora. Francis y su esposo también fueron excelentes combatientes de las escuadras de Managua y del Rolando Orozco. Ernesto murió a consecuencia de unos tiros que se le fueron a un compañero mientras limpiaba su galill dos días después del triunfo. Fue una muerte absurda!
En Managua ya había mucho camino recorrido. Y es lo que algunos de los que han escrito sobre la historia no quieren reconocer. Algunos piensan que todo fue soplar y hacer botellas, o que la gente se insurreccionó de sopetón. No, tuvieron que pasar muchos años de trabajo político organizativo entre el pueblo. Y las organizaciones de base, las comunidades eclesiales, los grupos juveniles, las organizaciones comunitarias jugaron un importante papel.
En el 78 lo que hicimos fue cosechar esos frutos en la organización político militar. En ese trabajo de hormiga hay que reconocer a mujeres como Martha Lucia Cuadra, Mary Jane Mulligan, quienes habían sido de las primeras mujeres de clase burguesa en incorporarse. Yolanda Huembes, Vivian Torres, Luisa Molina, Flor Monterrey, Mireille Vigil, y también Adilia Eva Solis, Nelly Castillo, Dulce Maria Guillen, Nadine Lacayo, Dharma Lila Carrasquilla, Ruth Marcenaro, su hija Rhina, Jannette Gutiérrez., Rose Mary Vega. Del Partido socialista, en labor sindical y organizativa a Eva Sacasa y Patricia Delgado, entre muchas otras cuyos nombres no se me vienen en este momento.
Fueron cientos de mujeres también como colaboradoras. De todos los estratos, como la Dra Doris Aguilar, su hermana Sonia Aguilar. Yolandita Morales, Amy Rivas, mi gran amiga que murió de cáncer. Su hija Ana Silvia Flores, casa de seguridad. Toda la familia de Peter, su esposa e hijas donde había llegado Carlos Fonseca en los años 60. Buenas colaboradoras fueron Janet Calderón, esposa de Manuel Eugarrios, Janet Chávez, y Rosalinda Cuadra, con quienes compartimos muchísimas y largas platicas en sus casas. No se como podían aguantar a tanta gente. Alguna vez estuvimos hasta 5 clandestinos en sus casas y a todos nos daban de comer.
La Arquitecta Rosaura Jerez hacia de todo. Nos movilizaba en su carro, nos daba alojamiento en su casa. Llevaba correspondencia, armas, explosivos. También vivimos en la casa de Tere Lugo , quien además de seguridad siempre nos dio afecto. Otra arquitecta que hacia de todo fue Gertrudis Palacios, originaria de El Sauce.
Mientras Mayra Gonzalez llegó como refuerzo desde Matagalpa Yadira Gonzalez, Mildred nos fue enviada de Esteli, y le celebramos sus 15 años en una casa de seguridad oyendo canciones de los Bee gees y bailando música de la época. Es hermana de Julita, otra extraordinaria compañera cuyo nombre es Cándida Gonzalez y que también había estado en Managua en labores de cobertura de casas de seguridad También llegó del frente norte una mejicana, que ocupó responsabilidades militares importantes Eugenia Monroy.
En nuestra estructura destacaban mujeres como Glenda Monterrey y Marlen Chow en tareas legales muy difíciles entonces, pero admirábamos el trabajo de Lea Guido, en la organización de AMPRONAC. De mujeres como Gloria Carrion en labores de denuncia publica.
En las tareas político militares Martha Moreno Menocal, fue una de las principales organizadoras y soportes del trabajo vivía ahí por la antena de Radio Mundial, Nidia Escobar Lopez, “Pilar”, y Jannete Escobar ”Marina” . Francis Sevilla además del trabajo político se destacó como combatiente del batallón Rolando Orozco. En los barrios orientales Ligia Aleman, quien además fue excelente combatiente en la insurrección y después se casó con Hallesleven. Era dura y con disciplina de hierro para la organización y el combate.
En la insurrección, El Repliegue y el Batallón Rolando Orozco también recuerdo a Susana, Claudia, Casilda Sampson, le decíamos muchachito, a Elisabeth Pinell, Ibis Hernandez, “la negra, “la chaparrita chilena, la del RPG 7 vital contra las tanquetas , creo que se llamaba Carmen y también tengo vivos recuerdos de Maria Isabel Maltez, Rosa Pasos, Ana Patricia Lacayo, Berta Cuadra.
En mi articulo anterior se me olvidó de mencionar a una de las mejores fotógrafas, también con su cámara corriendo entre las balas para captar imágenes imborrables de las lucha, Margarita Montealegre.
Otras extraordinarias combatientes que recuerdo América Libertad Vidaurre, en Managua. Era de la TP. Otra chelita valiente y osada. Tengo unas anécdotas de ella que mejor me las reservo para una publicación mas extensa. Dura, decidida. Nada que ver con su aspecto frágil y delicado de entonces.
Algunas Mujeres de Chinandega
A través de los responsables del Frente interno supe de nuestras estructuras en otros departamentos. Por ejemplo, sabia que Chinandega teníamos a Qucxabel Cárdenas, originaria de honduras era nuestra principal responsable. También estaban Dulce Maria Zepeda y Tirsa Sáenz, todas muy jovencitas. Yo las miraba casi niñas. Andaban ahí con sus 17-20 años orondas pero firmes en sus tareas. Tirsa nos ha contada de la importancia en la participación de Emigdia y Auxiliadora Ferrufino, vitales en esa etapa.
Masaya
Cuando llegamos a Masaya en el Repliegue, varias mujeres tenían las mas importantes responsabilidades. Lubby Morales , originaria de León, quien murió de cáncer después del triunfo, y la chinita, Eva Maria Samqui. Eran junto con Glauco Robelo el mando de la GPP. Y también Lourdes Bolaños, cuyo apoyo resultaba vital para las tareas clandestinas. De los prole recuerdo a Francis Cuadra quien con sus bellos ojos robó rápidamente el corazón de Nacho. Del Frente Oriental no he tenido mucha información, pero recuerdo que de allá vino con su uniforme verde oliva Martha Turcios
Muchas otras formas de participación no armada también fue sustancial para la liberación de Nicaragua. La lucha gremial, la poesía, los cantos, la denuncia, la solidaridad internacional. Desde las monjas como Luz Beatriz Arellano, o la enfermera Silvia Ferrufino que murió después de una dura huelga de hambre, como la poesía mezclada con la colaboración y la militancia de Gioconda Belli, Daysi Zamora, Rosario Murillo. Gloria Gabuardi. El canto militante de Marlene Alvarez en el Grupo Pancasan, de la labor periodística mujeres como Ada Luz Monterrey, Maria Elena Artola, Lily Soto y del trabajo internacional a mujeres como Zenobia Garcia, Betty y Alba Mara Baldovinos, Leana Núñez, Ruth Selma Herrera, Magda Henríquez, y Aminta Granera, quien desde su condición de novicia, estudiando en Guatemala entró a colaborar con la lucha.
No puedo dejar de mencionar a las madres. A la madre de Julio Buitrago, Santos Buitrago a doña Albertina Serrano, doña Velia Peralta, a muchas madres que hacían huelga de hambre para protestar, o participaban en las movilizaciones. Por supuesto de Doña Lidia Saavedra y también a mi madre Zulema Marcenaro que participó junto a otras mujeres de AMPRONAC en la toma del edificio de las Naciones Unidas, para denunciar al régimen.
Y no quiero dejar de mencionar a mis hermanas a las que valientemente se incorporaron. Anita como colaboradora, y en los barrios occidentales a Amparo Baltodano, incorporada en los operativos y dos veces encarcelada. La victoria la sorprendió en la cárcel, donde había sido recientemente recluida. Nunca se pudo recuperar de las cosas que le hicieron en la cárcel. En Leon se incorporó también Adilia Guadalupe, Aracelly.
Alma Nubia , que a sus quince años andaba en operativos con los Comités de Accion Popular, integraciones irregulares que se formaban con gran autonomía para hacer operativos contra los somocistas y contra los becat que aterrorizaban los barrios. Preparando bombas de contacto para uno de esos operativos le estalló perdiendo sus dos manos. La noticia me causó un gran impacto, porque Alma Nubia era la cumiche y siempre fue una mimada de los 9 hermanos.
Luego el 15 de Junio, en la Masacre de Batahola murió mi hermana Zulema, junto mas de 100 combatientes de los barrios occidentales que se replegaban hacia San Judas buscando irse para Diriamba, o Masaya, zonas liberadas. Yo tengo la lista de más de 50 nombres. Entre ellos quiero destacar a las mujeres: Alba Luz Portocarrero, “Martha”, Soraya Hassan Flores, “Flor” Jazmina Bustamante Peña , “Violeta”; Linda Barreto, Mary José Saenz, “Silvia”; Reina Carballo, “Dora”. Zulema Baltodano “Claudia”
Según sabemos algunos cuerpos fueron retirados pero la mayoría fueron recogidos por la guardia con palas mecánicas y camiones amarillos. Una parte fueron quemados en un predio detrás del Vélez Paiz, y otros enterrados en una fosa común frente de la Academia Militar. En los 80 se erigió el Centro de Convenciones Oloff Palme. Al hacer las excavaciones encontraron aproximadamente 80 osamentas. Se trasladaron a una tumba común, a la entrada del centro y se pusieron las placas de los nombres que se han podido recuperar, pero cuando Arnoldo Aleman fue alcalde, el mismo día en que mandó a poner una bomba en la tumba de Carlos Fonseca, otros vándalos arrancaron las placas y hasta ahora no se han reconstruido. Mucha gente pasa y no sabe que hay ahí decenas de restos de valientes niños, niñas, muchachos y muchachas combatientes que murieron pensando en que es posible una Nicaragua distinta a la que hasta ahora tenemos.
Este trabajo es sin lugar a dudas incompleto. Seguramente he cometido importantes omisiones. Pero intenta ser un comienzo por rescatar a las protagonistas de una gesta que pertenece indiscutiblemente al pueblo. Otros trabajos con el apoyo de las mismas participantes deberán ver la luz, antes de que sus nombres se los trague el olvido. Ese es el compromiso
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